viernes, 26 de noviembre de 2010

LA EDUCACIÓN DEBE APUNTAR AL CORAZÓN

Recientemente, la Fundación Institut Quimic de Sarrià ha editado un libro, “IQS, bajo el signo de la excelencia”, en el que se recogen la experiencia de diversas personalidades que han pasado por esta institución, entre ellas Eduard Punset, más conocido como director y presentador del programa de divulgación científica Redes, de RTVE que como Profesor asociado de Economía Política del Departamento de Economía y Finanzas, de dicha Fundación.
El capítulo 3 de dicho libro está dedicado a Eduard Punset y se titula: "La educación que apunta al corazón"

Entre otros mensajes interesantes que se cuentan, a modo de entrevista, Punset comenta que "ser profesor es un lento aprendizaje"; a menudo cuando terminaba una clase y salía del aula, se preguntaba: “¡Ostras, Eduard! ¿Les has soltado tu rollo, o les has dicho algo que realmente les sirva para desarrollarse de la manera que ellos sienten y querrían?” También se atreve a confesar "he aprendido mucho de mis alumnos"

Más adelante, Punset explica que "la educación deberá apuntar al corazón" y esa es "la gran revolución educativa pendiente. La educación tiene que apuntar al corazón del alumno, porque, si no, la vida cotidiana será imposible. Lo primero que tienen que saber los profesores es gestionar la diversidad cultural que existe ahora entre los alumnos, pero también lo que tienen en común, es decir, las emociones: la rabia, el disgusto, el menosprecio... Todo esto sobre lo que no les hemos enseñado nunca nada. Hay que reformar el corazón de la gente y prepararlos para convivir en un mundo muy interrelacionado. Hay un campo infinito por recorrer que también es aplicable en el mundo corporativo porque las normas son las mismas."

¿Cómo conseguir esta revolución en la educación? Punset nos orienta: "Impulsando el aprendizaje social y emocional, que ya ha demostrado en algunos países que reduce la violencia y el consumo de drogas, y que es la manera más barata de crear civilizaciones menos violentas. Se trata de trabajar la focalización de la atención, la gestión emocional, la solución de conflictos, el trabajo en equipo cooperativo y no necesariamente competitivo. Lo que no puede ser es que nadie se haya ocupado de lo único con lo que venimos al mundo... Por ejemplo, nadie les ha explicado a los niños la diferencia entre la ansiedad y el miedo, o el desprecio con que a veces se tratan unos a otros. Yo les digo a mis nietas: “Oye, mira, en las cuevas primitivas, al que despreciaban lo echaban de la cueva, y era la muerte, se lo comía una leona... Por eso antes de despreciar a alguien, pensadlo dos veces.”

A continuación os facilito un documental de Redes que trata sobre la educación emocional