Comenzaré la entrada comentando un libro muy interesante y recomendado del filósofo español Jose Antonio Marina que se titula "La inteligencia fracasada. Teoría y práctica de la estupidez"
El autor nos muestra, con variados ejemplos de personajes reales y novelescos, cómo en ocasiones la vida de hombres y mujeres que han demostrado una inteligencia cognitiva bien desarrollada, con educación universitaria, buenas carreras profesionales y buenas posiciones económicas y sociales, cometen errores estúpidos, que llevan a la deriva a sus vidas por elecciones equivocadas. Como el de un famoso juez americano que acaba acosando y amenazando a su amante cuando esta le dejó o el caso de un "brillante" alumno suyo, con alto coeficiente intelectual y que acaba entre rejas, tras organizar una banda de maleantes, dice el propio Marina: “¿Era tan inteligente este alumno como decían sus tests de inteligencia? Contestar esta pregunta me va a llevar el resto del libro”
Otro ejemplo ilustrativo espeluznante, es el caso de un ingeniero alemán que escribió una carta quejumbrosa a un periódico hace años, lamentándose que nadie le reconociera la calidad y técnica con la que había diseñado los hornos crematorios de los campos de exterminio nazi. Por no hablar de la sinrazón y la locura de la "inteligencia militar" que llevó, durante la guerra fría, a acumular arsenal atómico para destruir cien veces el planeta. O la reducción o eliminación de producción de alimentos, en los paises ricos, para "no hundir el mercado", cuando en el mundo hay mil millones de personas que mueren de hambre... todo esto hace pensar no sólo en la inteligencia fracasada del hombre individualmente, sino de "sociedades estúpidas" que han llevado al fracaso, a la inteligencia compartida.
Dice Marina que "la inteligencia fracasa cuando es incapaz de ajustarse a la realidad, de comprender lo que pasa o lo que nos pasa, de solucionar los problemas afectivos o sociales o políticos; cuando se equivoca sistemáticamente, emprende metas disparatadas o se empeña en usar medios ineficaces; cuando desaprovecha las ocasiones, cuando decide amargarse la vida, cuando se despeña por la crueldad o la violencia"
"El gran objetivo de la inteligencia es la felicidad y por ello todos sus fracasos tienen que ver con la desdicha."
Marina define inteligencia como " la capacidad de un sujeto para dirigir su comportamiento, utilizando la información captada, aprendida, elaborada y producida por él mismo." Añade además que el éxito de la inteligencia está en dirigir "bien" la conducta, orientándola hacia la felicidad.
Con este discurso, Marina no quiere quitarle valor al error, como peldaño en el aprendizaje. El error se da cuando "lo que nos parecía evidente, queda bruscamente tachado por una evidencia más fuerte todavía. En esta experiencia del error hay siempre un progreso del conocimiento, reconocer la equivocación y aprovecharla es un alarde que roza la genialidad" para Marina, el fracaso de la inteligencia aparece realmente cuando alguien se obstina en negar la evidencia, cuando no se aprende de la experiencia. Y en este punto quiero recordar unas palabras que leí del famoso jugador de baloncesto Michael Jordan: "He fallado más de nueve mil tiros en mi carrera. He perdido casi trescientos partidos. En veintiséis ocasiones he tenido la responsabilidad de lanzar el tiro que decidía entre ganar y perder... y fallé. He fallado una y otra vez en mi vida y eso es exactamente lo que ha fundamentado mi éxito."
Fracasar o perder no agota las posibilidades del éxito, sólo basta con sacarle provecho a ese aprendizaje y enriquecernos. Dice el Dalai Lama "Cuando pierdas, no pierdas la lección..." y esto es algo muy valioso.
Volviendo a Marina, entiende la "inteligencia colectiva" cuando "se permite desarrollar y aprovechar los talentos individuales mediante ua interacción estimulante y fructífera; cuando captan mejor la información, se ajustan mejor a la realidad, perciben antes los problemas, inventan soluciones eficaces y las ponen en práctica. Si el triunfo de la inteligencia personal es la felicidad, el de la inteligencia social es la justicia."
Si queremos que nuestros educandos no fracasen su inteligencia, es necesario hacer una profunda revisión del valor que se da a los aprendizajes y que no sólo se centren en el "éxito académico", sino en el "éxito emocional" en tanto que ayude a cada persona a digerir lo que le sucede, a seleccionar la información que le enriquece, sepa resolver conflictos, aprender de los fallos y en definitiva, sentirse más feliz individualmente, en su interacción con los demás. y con el entorno Sólo de esta manera lograremos que nuestra sociedad no fracase y sea más justa.
El autor nos muestra, con variados ejemplos de personajes reales y novelescos, cómo en ocasiones la vida de hombres y mujeres que han demostrado una inteligencia cognitiva bien desarrollada, con educación universitaria, buenas carreras profesionales y buenas posiciones económicas y sociales, cometen errores estúpidos, que llevan a la deriva a sus vidas por elecciones equivocadas. Como el de un famoso juez americano que acaba acosando y amenazando a su amante cuando esta le dejó o el caso de un "brillante" alumno suyo, con alto coeficiente intelectual y que acaba entre rejas, tras organizar una banda de maleantes, dice el propio Marina: “¿Era tan inteligente este alumno como decían sus tests de inteligencia? Contestar esta pregunta me va a llevar el resto del libro”
Otro ejemplo ilustrativo espeluznante, es el caso de un ingeniero alemán que escribió una carta quejumbrosa a un periódico hace años, lamentándose que nadie le reconociera la calidad y técnica con la que había diseñado los hornos crematorios de los campos de exterminio nazi. Por no hablar de la sinrazón y la locura de la "inteligencia militar" que llevó, durante la guerra fría, a acumular arsenal atómico para destruir cien veces el planeta. O la reducción o eliminación de producción de alimentos, en los paises ricos, para "no hundir el mercado", cuando en el mundo hay mil millones de personas que mueren de hambre... todo esto hace pensar no sólo en la inteligencia fracasada del hombre individualmente, sino de "sociedades estúpidas" que han llevado al fracaso, a la inteligencia compartida.
Dice Marina que "la inteligencia fracasa cuando es incapaz de ajustarse a la realidad, de comprender lo que pasa o lo que nos pasa, de solucionar los problemas afectivos o sociales o políticos; cuando se equivoca sistemáticamente, emprende metas disparatadas o se empeña en usar medios ineficaces; cuando desaprovecha las ocasiones, cuando decide amargarse la vida, cuando se despeña por la crueldad o la violencia"
"El gran objetivo de la inteligencia es la felicidad y por ello todos sus fracasos tienen que ver con la desdicha."
Marina define inteligencia como " la capacidad de un sujeto para dirigir su comportamiento, utilizando la información captada, aprendida, elaborada y producida por él mismo." Añade además que el éxito de la inteligencia está en dirigir "bien" la conducta, orientándola hacia la felicidad.
Con este discurso, Marina no quiere quitarle valor al error, como peldaño en el aprendizaje. El error se da cuando "lo que nos parecía evidente, queda bruscamente tachado por una evidencia más fuerte todavía. En esta experiencia del error hay siempre un progreso del conocimiento, reconocer la equivocación y aprovecharla es un alarde que roza la genialidad" para Marina, el fracaso de la inteligencia aparece realmente cuando alguien se obstina en negar la evidencia, cuando no se aprende de la experiencia. Y en este punto quiero recordar unas palabras que leí del famoso jugador de baloncesto Michael Jordan: "He fallado más de nueve mil tiros en mi carrera. He perdido casi trescientos partidos. En veintiséis ocasiones he tenido la responsabilidad de lanzar el tiro que decidía entre ganar y perder... y fallé. He fallado una y otra vez en mi vida y eso es exactamente lo que ha fundamentado mi éxito."
Fracasar o perder no agota las posibilidades del éxito, sólo basta con sacarle provecho a ese aprendizaje y enriquecernos. Dice el Dalai Lama "Cuando pierdas, no pierdas la lección..." y esto es algo muy valioso.
Volviendo a Marina, entiende la "inteligencia colectiva" cuando "se permite desarrollar y aprovechar los talentos individuales mediante ua interacción estimulante y fructífera; cuando captan mejor la información, se ajustan mejor a la realidad, perciben antes los problemas, inventan soluciones eficaces y las ponen en práctica. Si el triunfo de la inteligencia personal es la felicidad, el de la inteligencia social es la justicia."
Si queremos que nuestros educandos no fracasen su inteligencia, es necesario hacer una profunda revisión del valor que se da a los aprendizajes y que no sólo se centren en el "éxito académico", sino en el "éxito emocional" en tanto que ayude a cada persona a digerir lo que le sucede, a seleccionar la información que le enriquece, sepa resolver conflictos, aprender de los fallos y en definitiva, sentirse más feliz individualmente, en su interacción con los demás. y con el entorno Sólo de esta manera lograremos que nuestra sociedad no fracase y sea más justa.